Si fuésemos capaces de acercarnos a los acontecimientos cotidianos desde una mirada de agradecimiento, estoy convencido que seríamos bastante más felices de lo que imaginamos.
Vivimos en una sociedad en la que no siempre somos agradecidos. A pesar de todos los bienes materiales y de todas las comodidades de las que gozamos en estos momentos, podría decirse que, en general, no experimentamos proporcionalmente la sensación de agradecimiento que correspondería a nuestra situación.
El agradecimiento es una actitud que surge del corazón y que consiste en un darse cuenta de todos aquellos bienes y cuidados (materiales y no materiales) que recibimos cada día y dar gracias por ello. Pero más allá del agradecimiento por estos bienes, se encuentra el agradecimiento a la vida misma y al hecho de sentirse vivos, con todo lo que ello implica.
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