Los mantras, un ejemplo de terapia por el sonido

Los mantras, un ejemplo de terapia por el sonido

mantraCada día vamos comprendiendo más y mejor el efecto de ciertas prácticas que, por lejanas o desconocidas, nos resultaban extrañas hasta ahora, sobre todo en el ámbito de la terapia. Gracias a los nuevos avances de la ciencia podemos comprenderlas mejor y darles un soporte científico actual, como por ejemplo el caso de la meditación y sus efectos terapéuticos.

En la actualidad contamos con suficiente número de investigaciones científicas como para afirmar que una vibración sonora adecuada puede ejercer un efecto beneficioso sobre las personas.

Pero es menos conocido para la ciencia el fundamento por el cual ejercen ese mismo beneficio otras prácticas ancestrales que se realizan en diferentes religiones y culturas como es la repetición de mantras.

La palabra mantra proviene del sanscrito y consta de dos raíces, “man” que significa mente y “tra” que podría traducirse como protección. Por tanto, un mantra (nag, en tibetano) es un sonido que se realiza como protección de la mente.

Muchos de estos mantras, al estar en sanscrito o en tibetano, no tienen una traducción concreta o bien su traducción es muy compleja, ya que en ellos se transmiten realidades simbólicas que nos remiten a diferentes y profundos niveles de significados, los cuales están relacionados con los distintos niveles de profundidad de la mente y de entendimiento del practicante.

Lama Gangchen Rimpoché enseña que un mantra es “un compañero espiritual”, o dicho de otro modo, son sílabas que nos protegen contra las concepciones y apariencias ordinarias y erróneas.

Por tanto, podríamos concluir que un mantra es un sonido que  funciona como una especie de “amigo espiritual” que nos acompaña a cada uno en nuestro nivel.

Existen distintos tipos de mantras: 1) De petición; 2) De purificación; 3) Sílabas semillas (Bijamantras); 4) De conexión con un aspecto purificado de la consciencia (deidad).

Algunos autores piensan que la realización de los mantras al estilo tibetano favorece un cierto tipo de patrón respiratorio con predominio marcado de la espiración. Esto, a nivel fisiológico, se traduciría como una estimulación del Sistema Nervioso Vegetativo de tipo Parasimpático, poniendo en marcha todas las reacciones trofotrópicas  de distensión y de recuperación energética y vital.

Tal vez por eso la realización de mantras produce un efecto positivo en nuestra mente, ya que el mantra es el soporte de estimulación de los mecanismos de atención y concentración de nuestra conciencia, y además produce efectos recuperativos y de autorregulación vegetativa de nuestro cuerpo.

Pero desde el punto de vista tántrico, la energía del mantra supera con mucho la simple vibración sonora, ya que es capaz de movilizar y conducir adecuadamente la energía que opera en niveles sutiles y muy sutiles de la consciencia.

No entender el significado de los mantras no debería ser ningún obstáculo para quien lo repite. Basta con que se utilicen y ya comienzan a funcionar por su propio poder vibratorio.

Y esto es así porque existen sonidos primarios, carentes de un significado formal pero que tienen un gran efecto sobre la mente. Hoy día los científicos que trabajan en técnicas de relajación conocen el efecto tranquilizador y beneficioso del sonido “Mnn” y su asociación con cosas agradables. Este sonido es el prototipo de disfrute, ya que cuando anticipamos algo que nos gusta realizamos sonidos de este tipo: ummm…. o  mnnnn.

Sea como fuere, más allá de las posibles explicaciones científicas o espirituales, el hecho constatable es que la repetición de mantras ejerce un efecto beneficioso y saludable en la persona que lo realiza. Esta es una afirmación que no hay que creer, sin más, si no que puede ser verificada por todos aquellos que se introduzcan en dicha práctica.

La inducción o liberación miofascial

La inducción o liberación miofascial

LIBERACIÓN MIOFASCIALArtículo realizado por Dª Rosa Díaz Peláez, Fisioterapeuta y Osteópata, colaboradora del CMI Dr. Nougués

Es un método creado por el profesor Andrzej Pilat.

La liberación miofascial es una terapia dirigida a las fascias del cuerpo e indirectamente al resto del aparato locomotor y demás estructuras y vísceras,  busca liberar las restricciones que no dejan al colagéno presentar su verdadera estructura.

Consideramos la terapia miofascial como parte importante del tratamiento de fisioterapia, así el paciente es tratado de manera global, prestando atención a toda la estructura y no solo a la zona dolorosa.

La fascia es un tejido conectivo que envuelve los músculos, huesos y articulaciones, vísceras y estructuras nerviosas y vasculares, protegiendo y manteniendo la estructura del cuerpo unido, dándole la forma que tiene, este tejido tiene un gran contenido en colágeno que puede sufrir acortamiento y endurecimiento.

La lesión en una parte de la fascia puede causar alteraciones en otras zonas distantes a través de las compensaciones que hace el cuerpo para recuperar su equilibrio y mantener sus principios de economía y no dolor.

Estos “traumatismos” que afectan a la fascia pueden ser tanto impactos mecánicos, golpes, caídas, intervenciones quirúrgicas, como vicios posturales, estrés y otras alteraciones emocionales.

La disfunción miofascial tiene unas características determinadas: suele ser un dolor sordo y difícil de ubicar y describir y que con frecuencia es más intenso por la mañana, apareciendo con una cierta rigidez al despertar que va mejorando durante el día; se acompaña de dificultad para conciliar el sueño y para mantenerlo, apareciendo la  fatiga durante el día.

Aminoácidos para la salud: la L-glicina

Aminoácidos para la salud: la L-glicina

glicinaLos aminoácidos son las unidades fundamentales que constituyen las proteinas.
La L-glicina es un aminoácido que se caracteriza por ser el más pequeño de todos en cuanto a tamaño, pero con una gran importancia para numerosas funciones de nuestra fisiología.
Durante mucho tiempo se ha considerado como un aminoácido no esencial, ya que nuestro organismo es capaz de sintetizarla a partir de la serina, pero la cuestión es que no lo hace en la cantidad que necesitamos cada día. Esto significa que para cubrir las cantidades necesarias de dicho aminoácido necesitamos un aporte exógeno diario. Por esta razón, más modernamente, se ha considerado a la L-glicina como un aminoácido como “semiesencial”.
A nivel cerebral actúa como un neurotransmisor de tipo inhibidor que se encuentra en altas concentraciones en la medula espinal y el bulbo raquídeo, teniendo gran importancia en las funciones motoras del cuerpo. Tiene también un cierto efecto sedativo.
Mejora el almacenamiento del glucógeno a nivel hepático y facilita la producción de energía a partir de la glucosa.
También ayuda al sistema inmunitario y, además, es bastante útil para la reparación de los tejidos dañados.
La L-glicina es fundamental para la formación del colágeno y la hemobglobina, y es, también, un buen detoxificador hepático, ya que ayuda a eliminar ciertas toxinas celulares.
Cuando hay déficit de glicina se produce un retardo en el crecimiento de los niños, así como alteraciones en los cartílagos, huesos y tendones. Las heridas tardan más en curar y se produce un debilitamiento de nuestro sistema inmunológico.
Son alimentos ricos en glicina la carne, algunas setas, los guisantes, el queso, nueces, pescado, espinacas, huevos, zanahorias, plátano, almendras, cacahuetes y arroz integral, entre otros.
A pesar de sus bondades, las personas que hayan sufrido un accidente vascular cerebral o que se encuentren en tratamiento con antipsicóticos no deben tomar suplementos de glicina.

El aceite de coco

El aceite de coco

Desde hace décadas se ha mantenido la creencia errónea de que comer sano es comer sin grasas. Nada mas apartado de la realidad. En estos últimos años están apareciendo una serie de estudios y evidencias científicas que  hacen replantear esta punto de vista y aportan una nueva perspectiva sobre el consumo de las grasas en la dieta equilibrada. Uno de estos nuevos cambios de opinión se ha producido con el aceite de coco. Sigue leyendo

Lo que hemos de evitar para ser resilientes

Lo que hemos de evitar para ser resilientes

ResilienciaLa resiliencia es una capacidad que tenemos los seres humanos para hacer frente a la adversidad y salir indemnes de ella, afrontándola de una manera apropiada.
Esta capacidad es universal y puede ser incrementada mediante el correcto aprendizaje. Pero para ello hemos de aprender a evitar algunas de las creencias limitantes que hacen que muchas personas no sean capaces de desarrollar una conducta resiliente.
Desde el punto de vista genérico, nos convendría abandonar todas aquellas creencias que nos limitan y nos condicionan negativamente.
Si observamos un enfoque más particular del asunto, es posible enumerar aquellas creencias o actitudes que con más frecuencia tenemos instaladas y que deberíamos saber identificar y transformar, si queremos ser resilientes.

1.- Evitar jugar ciertos roles en la vida, sobre todo el de mártir y el de víctima.
Sabemos que cada uno de nosotros asume e interpreta un cierto papel en la vida. Dicho papel condiciona nuestro modo de estar en el mundo de tal manera que hay algunos roles que nos potencian y otros que nos limitan.
Dos de los más limitantes es asumir el papel de víctima o el de mártir. Ambos impiden el aprendizaje de una sana resiliencia.

2.- Abandonar ciertas ideas preconcebidas acerca del sufrimiento, como por ejemplo que tras la pérdida de seres queridos, lo normal ha de ser la depresión o la desesperación.
Las personas que creen lo anterior piensan que “cuando te pasa esto, ya tu vida no tiene sentido, se ha acabado.”
Recuerda que lo que pensamos acerca de la felicidad o del sufrimiento puede condicionar el rumbo de nuestra vida.

3.- Evitar creer que cualquier evento doloroso conlleva siempre un trauma.
Está ampliamente demostrado que lo importante no es lo que acontece, sino el modo en el que lo afrontamos y lo que somos capaces de hacer con ello.

4.- Evitar creer que nuestro sufrimiento actual es la consecuencia de un trauma previo.
Quienes se dedican con ahínco a bucear en el pasado para encontrar las causas del sufrimiento presente, con frecuencia olvidan tomar las riendas de su vida en el “aquí y en el ahora”.
Hay personas que experimentan un trauma ante eventos mínimos, o incluso ante sucesos que no han pasado en la realidad sino sólo en su imaginación. No es necesario un daño para generar un trauma, sino una mente con tendencia a fabricarlos.

5.- Evitar dejarse arrastrar por los prejuicios y las creencias del entorno. En situaciones complicadas es frecuente que el ambiente social adquiera una gran fuerza, pudiendo incluso contagiarnos emocionalmente.
Hemos de conectar con nuestro “Centro” y con nuestras profundas convicciones para permanecer estables.

6.- Abandonar la creencia de que si no sufres mucho ante los acontecimientos traumáticos eso significa que los niegas o los reprimes.
Hemos de recordar que disponemos de muchas más estrategias para evitar o disminuir el sufrimiento, además de la represión o la negación.

7.- Abandonar la creencia de que “un niño herido será un adulto fracasado”, porque los estudios científicos actuales nos muestran lo contrario.
Nuestra vida se escribe en el presente, en cada instante que elegimos un camino u otro. No podemos seguir quedando prisioneros de nuestro pasado.

8.- Evitar la tentación de esperar una vida en la que no ocurra nada traumático o doloroso, porque en la vida suceden cosas.

9.- Abandonar la creencia de que el mundo es un lugar seguro, previsible y controlable. La realidad nos muestra que vivimos en un universo probabilístico y no en un universo de certezas. Eso quiere decir que podemos llegar a sentirnos seguros en él cuando somos capaces de descubrir la sabiduría que la inseguridad lleva implícita.

10.- Sobre todo, evita rendirte.
¿Qué hace un pájaro cuando el viento le tira su nido?, lo vuelve a construir de nuevo.
¿Qué deberíamos hacer nosotros cuando las adversidades frustran nuestros planes?

El camino de los sentidos

El camino de los sentidos

sentidos
Un camino es un medio para ir de un lugar a otro.
En el ámbito del desarrollo humano, decimos que un camino es la vía que hemos de seguir para conquistar las metas que nos hayamos propuesto.
Desde el punto de vista de la Sofrodynamia®, existen tres caminos principales en el proceso de desarrollo humano, que no sólo no son excluyentes sino que se complementan mutuamente: el camino del cuerpo, el camino de los sentidos y el camino de la mente.
Si nos referimos al camino de los sentidos, podría decirse que es una herramienta mediante la cual, y utilizando los recursos que nuestra sensorialidad nos ofrece, podemos crecer como personas y alcanzar nuestros objetivos, en lo que a desarrollo humano se refiere.
Esto quiere decir que los sentidos, además de captar la información procedente del mundo exterior, pueden ser utilizados también para alcanzar un mayor grado de crecimiento interior mediante el cultivo apropiado de su increíble potencial.
Los sentidos son como las ventanas de la consciencia que nos permiten aprehender el mundo exterior.
Pero debemos recordar que no son sólo meros receptores fisiológicos de la información, sino que funcionan como entidades participantes, lo cual quiere decir que, influídos por nuestro estado emocional y nuestro modelo del mundo, se orientan a captar aquella parte de la realidad que consideramos significativa para nosotros.
Es por eso que no todas las personas perciben los mismos datos del mundo exterior.
Recordemos que existen procesos neurológicos que condicionan el tipo de información que recibimos, haciendo que ciertos datos sean relevantes mientras que otros no. Sin embargo, no somos conscientes de cómo realizamos dicho proceso. Entonces, ¿cómo “decidimos” captar lo que captamos”? Esta es una buena pregunta que conviene investigar.
Nuestra atención, consciente o inconscientemente, hace que nuestros sentidos se orienten intencionalmente para tratar de percibir aquello que habitualmente confirma nuestro modelo del mundo. Por eso nuestra percepción habitual suele estar sesgada y cada uno de nosotros percibe el mundo según su propia manera de hacerlo.
Entre la consciencia y los sentidos se establece una especie de bucle bidireccional, de tal manera que se influyen mutuamente. Así, el estado de consciencia en el que nos encontremos modificará la percepción sensorial que tengamos, de la misma manera que una información sensorial determinada podrá modificar un estado de consciencia previo. Eso quiere decir que la sensorialidad va a influir tanto en el estado como en los contenidos de consciencia a los que accedemos.
Dicho de otro modo, algo sucede por ahí afuera y una parte de ello lo recogen mis sentidos. A partir de aquí procesamos la información según nuestro propio modelo y procedemos a dar interpretación de lo sucedido.
Todo lo anterior no debiera constituir un problema si después de todo no tuviésemos la pretensión de creer que captamos la realidad nítidamente, ni de que nuestra interpretación sobre las cosas es la única y verdadera.
Un paso importante consiste en reconocer la subjetividad de nuestras percepciones sensoriales y de nuestros contenidos mentales, que son netamente individuales. Admitirlo, es algo que nos permite ser más operativos y flexibles con la realidad, con los demás y con nosotros mismos.
Sea como fuere, el mundo de los sentidos nos permite seguir trabajando en nuestro desarrollo personal para lograr un mayor bienestar.
Entender los sentidos de una manera activa, atenderlos, cuidarlos y cultivar nuestra dimensión sensorial, va a tener más repercusiones sobre nuestra salud y sobre nuestro desarrollo que de las que pudiéramos imaginar.

Tipos de reacciones ante experiencias traumáticas

Tipos de reacciones ante experiencias traumáticas

Reaccionar ante la adversidadLa psicología convencional sostiene el planteamiento de que ante un hecho traumático la mayoría de las  personas que lo padecen desarrollarán síntomas que habrán de ser tratados por profesionales.

También mantienen la creencia de que la presencia de emociones positivas en esos momentos es impropia y que, incluso, podrían retardar la curación. Se invocan fenómenos como los mecanismos psicológicos de negación o de represión para explicar esto.

Todo ello está basado en creencias y en pensamientos especulativos, pero cuando se ha tratado de corroborar  dicha premisa mediante estudios científicos actuales, los datos han demostrado justo lo contrario.

Más allá de las creencias especulativas sin fundamento científico, los estudios recientes sobre el campo de la resiliencia, sobre todo por parte de la Psicología Positiva, demuestran algo muy diferente. En términos generales se puede decir que ante los acontecimientos traumáticos de la vida, los seres humanos somos más resistentes de lo que la psicología convencional plantea y que la aparición de trastornos como consecuencia de una experiencia traumática, es sólo una de las diversas posibilidades con las que contamos.

Ante la adversidad, es posible reaccionar de las siguientes maneras:

1.- Aparición de un trastorno

Este ha sido el mecanismo principal invocado por la psicología convencional hasta ahora. Como se dijo anteriormente, plantean que cualquier  persona sometida a una situación traumática desarrollará un trastorno y, por tanto, ha de ser tratado por profesionales mediante ciertas estrategias de intervención psicológica.

Pero los estudios actuales revelan que el porcentaje de personas a las que les sucede esto es bastante bajo, y muchos de los que son diagnosticados inicialmente se recuperan de manera espontánea durante los primeros meses sin necesidad de tratamiento.

Hoy día, más que hablar de trastorno, se tiende a pensar que muchos de los síntomas que muestran estas personas (pesadillas, insomnio, etc.) no son más que “reacciones normales ante hechos especiales”.

Un ejemplo de ello han sido los trastornos relacionados con el 11-S en Estados Unidos. Se ha constatado que el porcentaje de personas que han desarrollado un trastorno crónico duradero es mínimo. Como ejemplo, podemos citar los datos referidos a los estudios realizados sobre el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) en las personas que padecieron directamente el 11-S. En la población general de New York aparecieron síntomas iniciales sólo en el 7’5%, habiéndose reducido a los 6 meses al 0.6%. Nada que ver con la “teoría del trauma”  de la que tantos adeptos participan en la psicología actual.

2.- Aparición de un trastorno retardado

Este es el caso de las personas que  no desarrollan patología en el primer momento, sino que ésta aparece tiempo después, incluso años más tarde.

A pesar de lo que se pudiera creer, según los modernos estudios sobre resiliencia, este tipo de casos es relativamente infrecuente, aunque también posee muchos partidarios entre la psicología convencional.

3.- Recuperación espontánea

Los estudios realizados revelan que el 85% de las personas sometidas a experiencias traumáticas sufren síntomas disfuncionales, pero se recuperan de forma espontánea.

La psicología convencional ha tendido a ignorar este fenómeno, sobrevalorando la importancia de las intervenciones psicológicas, y creando “enfermos para toda la vida”.

4.- Resiliencia

Son personas que cuando se encuentran sometidas a la adversidad, no experimentan síntomas relevantes, ni ven interrumpido su funcionamiento normal sino que consiguen mantener el equilibrio estable sin que se afecte su vida cotidiana.

No es un fenómeno raro sino común, al que hasta ahora se le ha prestado poca importancia y se ha tendido a pasar por alto.

Existe una fuerte evidencia de que somos más fuertes de lo que pensamos nosotros mismos y muchísimo más de lo que tratan de hacernos creer.

5.- Crecimiento tras la adversidad

Podríamos llamarlo el “Aprendizaje a través de la lucha”. Existe un grupo importante de personas que aprenden y crecen tras la experiencia de un trauma. Existen personas que ante situaciones adversas no se deprimen sino que se fortalecen.

También puede suceder que se vean reforzadas las relaciones interpersonales (“ahora sé quiénes son mis verdaderos amigos”), tanto con los amigos como entre las parejas (casos de hijos con enfermedades graves).

Se ha constatado mediante estudios de campo que de las personas afectadas por una situación adversa, 2/3 encuentran caminos beneficiosos en su experiencia.

Igualmente, las experiencias traumáticas pueden llevarnos a importantes cambios en nuestra escala de valores o en nuestra espiritualidad, sobre todo cuando esta vivencia conlleva hacernos conscientes de la realidad de la muerte.

Es posible que pasar por una experiencia traumática sea una de las situaciones vitales que más aportan a la madurez y crecimiento de un individuo.

Pero no todas las personas son capaces de descubrir los aspectos potenciadores tras una experiencia traumática, y es importante no sentirse culpable en caso de no hacerlo.

En definitiva, lo que se deduce de las investigaciones actuales sobre los traumas y las experiencias de adversidad, es que las personas somos mucho más fuertes de lo que la psicología ha venido considerando hasta ahora.

Finalmente, citemos las palabras de un experto en este campo: “Los psicólogos han subestimado la capacidad natural de los supervivientes de experiencias traumáticas de resistir y rehacerse” (Bonanno, 2004).

Ser Respiración

Ser Respiración

ser respiraciónUna de las herramientas más importantes del entrenamiento sofrodynámico es, sin duda, la respiración.

Con frecuencia, suelo decir a los alumnos que, si sólo pudiera explicar una sola cosa de todas las que comentamos durante un taller de Sofrodynamia®, necesariamente elegiría la respiración.

Y esto es así porque a partir de ella podemos construir todo lo demás, pero sin una respiración armónica y fluida difícilmente avanzaremos en lo que se refiere a la salud y al desarrollo humano.

Dentro del entrenamiento sofrodynámico, la práctica de la respiración consciente posee, pues, una especial relevancia, y se distinguen cuatro niveles diferentes en su aprendizaje.

El primero de ellos se refiere a la toma de consciencia y a la identificación del Patrón Respiratorio Personal, con la posterior eliminación de los bloqueos detectados.

El segundo, está dedicado a expandir la respiración a todo el cuerpo para sentir que, si bien ventilamos con los pulmones, la verdadera respiración es un fenómeno global.

En el tercer nivel el alumno será capaz de proyectar su respiración hacia cualquier parte del cuerpo y focalizarla en esa zona. Aquí existe ya un mayor control de la técnica respiratoria.

Y, finalmente, llegamos al último nivel, pasamos de respirar como fenómeno psicofisiológico a “Ser Respiración”, lo cual inaugura un aspecto espiritual de la misma. De esto último me gustaría comentar algunas cosas.

Conseguimos acceder a este punto cuando somos capaces de gestionar la respiración con un cierto nivel de fluidez. A partir de estos momentos es posible trascender dicha técnica para que aparezca el “arte de respirar”. Es algo así como olvidar lo aprendido para, simplemente, dejarnos respirar.

Suelo decirle a los alumnos “déjate respirar, porque tu respiración sabe qué hacer”, y “trata de respirar como si todo tú fueses respiración, como si la respiración te respirase, como si todo el universo respirase en ti”.

Muchos se preguntan, ¿qué es eso de dejarse respirar?

Dejarse respirar significa ser permeables a la respiración y no ofrecer obstáculos. Es dejarse inundar por la fuerza y el ritmo vital de la respiración como algo que unifica  las distintas esferas del ser.

Es algo así como armonizarse con el universo, accediendo a comprensiones más trascendentes, las cuales, muchas veces, tenemos dificultad en explicarlas o en trasmitirlas con palabras comunes, porque “Ser Respiración” es una experiencia radicalmente profunda y no una mera conceptualización.

Ser respiración es algo que aparece de forma espontánea cuando hemos dedicado un tiempo suficiente a practicar la respiración conscientemente, por tanto, es un tipo de “experiencia emergente”, es decir, aquellas que aparecen sin que podamos saber cuándo. Nuestra tarea al respecto consiste en estar preparados para que lo que haya de suceder, suceda. Me recuerda a lo que se decía en un cuento de Tony de Mello, “no podemos hacer nada para que amanezca, pero si podemos tratar de que nos pille despiertos”.

Llegar a “Ser Respiración” constituye, pues, uno de los mejores regalos que podríamos hacernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean, porque es la clave para facilitar el encuentro más profundo con nosotros mismos y con los demás.

Ventajas del licopeno para la salud

Ventajas del licopeno para la salud

El licopeno es un carotenoide presente en el suero humano y en la piel, así como en otros órganos tales como el hígado, pulmones, suprarrenales y colon. Las fuentes naturales que contienen licopeno en mayor cantidad son las frutas y vegetales rojas, sobre todo el tomate, al que confiere su coloración roja, y productos derivados del tomate, y también podemos encontrarlo en el pomelo rojo, el pimiento rojo y la sandía. Sigue leyendo

El tratamiento con oligoelementos

El tratamiento con oligoelementos

oligoterapiaHace muchos años que vengo utilizando en mi práctica diaria la Oligoterapia Catalítica como una herramienta más para el tratamiento de diversas enfermedades. Dicha terapia se realiza mediante la administración de diferentes oligoelementos, normalmente por vía sublingual, aunque más raramente puedan utilizarse por vía tópica. Unas veces se administran de forma única y otras veces formando parte de una prescripción más amplia combinada con fitoterapia, homeopatía, etc.

En más de  treinta años de ejercicio, y miles de pacientes tratados con ella, jamás encontré un efecto indeseable o adverso, por lo que puedo confirmar por propia experiencia lo que ya se sabía desde hace tiempo, que cuando son administrados a la dosis correcta y de forma adecuada, son bastante seguros.

Debido a que se utilizan a muy bajas concentraciones y carecen de efectos secundarios, pueden ser usados para el tratamiento de enfermedades en niños pequeños y en mujeres embarazadas.

Pero, ¿qué es un oligoelemento?

Se conoce como oligoelementos a aquellos elementos químicos que entran a formar parte de la materia viva en proporciones muy pequeñas, pero que son imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo. Desde el punto de vista cuantitativo, se considera que un oligoelemento es toda aquella substancia que encontramos formando parte del cuerpo humano en una proporción inferior al 0.01% de su peso. En el mundo sajón se les llama también Elementos Traza.

A pesar de que se encuentran en pequeñas  proporciones en el tejido vivo, su papel es fundamental para el mantenimiento de ciertas funciones biológicas, ya que suelen actuar como cofactores enzimáticos de las reacciones bioquímicas que se producen en él.

El término catálisis, hace referencia a la propiedad de ciertas substancias cuya sola presencia permite que las reacciones enzimáticas del organismo se realicen de forma más apropiada. No se necesitan grandes dosis de dichos productos ya que no se consumen durante el proceso.

Con la Oligotarepia Catalítica, es posible tratar un gran número de enfermedades, desde procesos inflamatorios, otorrinolaringológicos, cutáneos, endocrinos, mentales, etc.

Para ello se utilizan frecuentemente oligoelementos tales como el Manganeso, Cobalto, Cobre, Azufre,  Selenio, Bismuto, etc. También se pueden usar combinaciones de más de uno, como por ejemplo el Manganeso-Cobre o el Manganeso- Cobalto, etc.

Desde el punto de vista de este sistema terapéutico, se distinguen en el ser humano cuatro Terrenos Constitucionales o Diatésicos, los cuales cuatro fueron descritos a principio del siglo XX por el Doctor Jacques Menetrier, relacionándolos con los llamados Oligoelementos Constitucionales o Diatésicos, para distinguirlo de los demás.

Hoy día se admite un quinto terreno, aunque sobre esto existe la controversia de si es un terreno constitucional o simplemente representa un síndrome de desadaptación.

Los diferentes terrenos (Constitucionales + desapdaptación) son:

Diatesis- I: Hiperrreactiva- alérgica-reumática. Le corresponde el Manganeso.

Diatesis-II- Hiporreactiva o  hiposténica, a la que corresponde el Manganeso-Cobre

Diatesis-III: Distónica, a la que corresponde el Manganeso-Cobalto

Diatesis- IV: Anérgica, a la que corresponde Cobre- Oro-Plata

Diatesis- V: Desadaptativa, que se relaciona con el Zinc-Cobre o con la combinación Zinc-Niquel-Cobalto.