Tipos de reacciones ante experiencias traumáticas

Tipos de reacciones ante experiencias traumáticas

Reaccionar ante la adversidadLa psicología convencional sostiene el planteamiento de que ante un hecho traumático la mayoría de las  personas que lo padecen desarrollarán síntomas que habrán de ser tratados por profesionales.

También mantienen la creencia de que la presencia de emociones positivas en esos momentos es impropia y que, incluso, podrían retardar la curación. Se invocan fenómenos como los mecanismos psicológicos de negación o de represión para explicar esto.

Todo ello está basado en creencias y en pensamientos especulativos, pero cuando se ha tratado de corroborar  dicha premisa mediante estudios científicos actuales, los datos han demostrado justo lo contrario.

Más allá de las creencias especulativas sin fundamento científico, los estudios recientes sobre el campo de la resiliencia, sobre todo por parte de la Psicología Positiva, demuestran algo muy diferente. En términos generales se puede decir que ante los acontecimientos traumáticos de la vida, los seres humanos somos más resistentes de lo que la psicología convencional plantea y que la aparición de trastornos como consecuencia de una experiencia traumática, es sólo una de las diversas posibilidades con las que contamos.

Ante la adversidad, es posible reaccionar de las siguientes maneras:

1.- Aparición de un trastorno

Este ha sido el mecanismo principal invocado por la psicología convencional hasta ahora. Como se dijo anteriormente, plantean que cualquier  persona sometida a una situación traumática desarrollará un trastorno y, por tanto, ha de ser tratado por profesionales mediante ciertas estrategias de intervención psicológica.

Pero los estudios actuales revelan que el porcentaje de personas a las que les sucede esto es bastante bajo, y muchos de los que son diagnosticados inicialmente se recuperan de manera espontánea durante los primeros meses sin necesidad de tratamiento.

Hoy día, más que hablar de trastorno, se tiende a pensar que muchos de los síntomas que muestran estas personas (pesadillas, insomnio, etc.) no son más que “reacciones normales ante hechos especiales”.

Un ejemplo de ello han sido los trastornos relacionados con el 11-S en Estados Unidos. Se ha constatado que el porcentaje de personas que han desarrollado un trastorno crónico duradero es mínimo. Como ejemplo, podemos citar los datos referidos a los estudios realizados sobre el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) en las personas que padecieron directamente el 11-S. En la población general de New York aparecieron síntomas iniciales sólo en el 7’5%, habiéndose reducido a los 6 meses al 0.6%. Nada que ver con la “teoría del trauma”  de la que tantos adeptos participan en la psicología actual.

2.- Aparición de un trastorno retardado

Este es el caso de las personas que  no desarrollan patología en el primer momento, sino que ésta aparece tiempo después, incluso años más tarde.

A pesar de lo que se pudiera creer, según los modernos estudios sobre resiliencia, este tipo de casos es relativamente infrecuente, aunque también posee muchos partidarios entre la psicología convencional.

3.- Recuperación espontánea

Los estudios realizados revelan que el 85% de las personas sometidas a experiencias traumáticas sufren síntomas disfuncionales, pero se recuperan de forma espontánea.

La psicología convencional ha tendido a ignorar este fenómeno, sobrevalorando la importancia de las intervenciones psicológicas, y creando “enfermos para toda la vida”.

4.- Resiliencia

Son personas que cuando se encuentran sometidas a la adversidad, no experimentan síntomas relevantes, ni ven interrumpido su funcionamiento normal sino que consiguen mantener el equilibrio estable sin que se afecte su vida cotidiana.

No es un fenómeno raro sino común, al que hasta ahora se le ha prestado poca importancia y se ha tendido a pasar por alto.

Existe una fuerte evidencia de que somos más fuertes de lo que pensamos nosotros mismos y muchísimo más de lo que tratan de hacernos creer.

5.- Crecimiento tras la adversidad

Podríamos llamarlo el “Aprendizaje a través de la lucha”. Existe un grupo importante de personas que aprenden y crecen tras la experiencia de un trauma. Existen personas que ante situaciones adversas no se deprimen sino que se fortalecen.

También puede suceder que se vean reforzadas las relaciones interpersonales (“ahora sé quiénes son mis verdaderos amigos”), tanto con los amigos como entre las parejas (casos de hijos con enfermedades graves).

Se ha constatado mediante estudios de campo que de las personas afectadas por una situación adversa, 2/3 encuentran caminos beneficiosos en su experiencia.

Igualmente, las experiencias traumáticas pueden llevarnos a importantes cambios en nuestra escala de valores o en nuestra espiritualidad, sobre todo cuando esta vivencia conlleva hacernos conscientes de la realidad de la muerte.

Es posible que pasar por una experiencia traumática sea una de las situaciones vitales que más aportan a la madurez y crecimiento de un individuo.

Pero no todas las personas son capaces de descubrir los aspectos potenciadores tras una experiencia traumática, y es importante no sentirse culpable en caso de no hacerlo.

En definitiva, lo que se deduce de las investigaciones actuales sobre los traumas y las experiencias de adversidad, es que las personas somos mucho más fuertes de lo que la psicología ha venido considerando hasta ahora.

Finalmente, citemos las palabras de un experto en este campo: “Los psicólogos han subestimado la capacidad natural de los supervivientes de experiencias traumáticas de resistir y rehacerse” (Bonanno, 2004).

Editorial de agosto de 2014

Editorial de agosto de 2014

editorial de agosto de 2014Comenzamos agosto, el mes que posiblemente sea el de mayor número de personas disfrutando de las vacaciones, aunque para otros constituya el final de las mismas. En este mes se produce el consabido trasiego entre los que se van de vacaciones y los que retornan al trabajo después de haberlas disfrutado.

Parece que en estas fechas todo va a otro ritmo, muchas empresas, excepto las del sector del turismo, cierran o se encuentran con la mitad de personal y, en muchas ocasiones, cualquier nuevo proyecto que nos planteamos es demorado hasta septiembre.

Suelen decir los periodistas que los meses de verano, por lo general, acostumbran ser parcos en noticias destacadas, pues todo se ralentiza por las vacaciones, y han de recurrir a buscar dichas noticias del modo que sea. El verano representa una especie de pausa informativa para los medios de comunicación habitual.

Sin embargo, este pasado mes de julio, la cosa no ha sido así. Diríamos que se ha comportado como una especie de excepción veraniega, ya que entre los aviones que se han estrellado o que han sido derribados, como el caso de Ucrania, los distintos avatares en la política española (siempre llenos de maletines y dineros en Suiza, la segunda patria de todo político que se precie), los problemas sanitarios en África debidos a la expansión epidémica del virus del Ébola o el sangrante conflicto entre israelíes y palestinos, se ha despedido un mes de julio especialmente prolífico, informativamente hablando.

Esperamos que el mes de agosto que ahora comenzamos, traiga la tan anhelada paz y el fin del sufrimiento de tantas víctimas inocentes en los conflictos que todavía acontecen en estos momentos.

Desconozco cuál es el mejor modo de conseguirla. Posiblemente no baste solo con las buenas intenciones. Y aunque los entresijos de la política internacional de alto nivel quedan muy lejos del ciudadano de a pie, resulta difícil permanecer ajenos e impasibles ante una tragedia humanitaria de tal magnitud, que desde hace décadas afecta a dicha zona, y cuya solución definitiva parece no vislumbrarse por ahora.

A nivel de nuestro reducido ámbito de acción, algunos pensamos que para colaborar a la paz mundial, además de manifestar nuestra opinión, nuestra denuncia o nuestra disconformidad con la situación actual, es necesario trabajar por la paz interior en cada uno de nosotros.

Por la paz en nuestra mente, por la paz en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, en nuestro barrio… Como si pudiésemos generar una especie de onda sutil de amor y compasión que irradiase hacia el exterior para impregnar todas nuestras acciones y nuestros ambientes.

Así que, una posible propuesta para tener presente durante este mes de agosto que comienza ahora, podría ser, ¿cómo aprender a cultivar la paz en nosotros mismos y en nuestro medio?

Esta práctica se encuentra muy relacionada con la salud, entendiendo ésta como “el verdadero arte de vivir en armonía”.

Podríamos comenzar por construir la paz en nosotros atendiendo a la paz en nuestro cuerpo, en nuestras palabras y en nuestra mente.

Buscar el modo de cuidar y honrar a nuestro cuerpo, aportándole lo que le conviene y evitando hacer aquello que le perjudica.

Armonizar nuestra respiración como herramienta imprescindible para que se genere en nosotros un estado de calma y de claridad mental, que no sólo nos proporcionará bienestar, sino que contribuirá a pacificar los lugares en los que nos encontremos.

Propiciar pensamientos pacíficos dedicando tiempo a reflexiones y lecturas que resulten inspiradoras.

Procurar alejar las emociones perturbadoras y “dar vacaciones” a nuestros miedos, odios y rencores.

¿Por qué no saldar definitivamente la deuda emocional que mantenemos con nosotros mismos (con nuestro pasado) y con los demás?

Poner atención para que nuestro lenguaje sea un “lenguaje de paz”, alejando las palabras ofensivas o hirientes y propiciando un modo de expresión acogedor y curativo. Sabemos que las palabras tiene el poder de herir o de sanar, ¿por qué no cultivar un lenguaje sanador?

Todo lo anterior podría traducirse en una actitud y unos actos muchos más acogedores y pacíficos, con la inevitable repercusión que tendría esto en el ámbito de nuestro pequeño microcosmos.

Como dice Lama Gangchen “paz con todos, todos con paz”.

El periodo vacacional ofrece  la potencialidad de servirnos como una especie de pausa recuperativa. Dicha pausa puede ser utilizada para volver, luego, a nuestros trabajos muchos más saludables que cuando nos fuimos, y para hacer, también, que nuestra vida se muestre como una inspiradora metáfora actuacional de aquella paz que tanto decimos anhelar.

¡Ojalá que este mes de agosto resulte próspero y pacífico para todos!

¡Feliz agosto!

La corporalidad como campo de experiencia

La corporalidad como campo de experiencia

corporalidad como campo de experienciaEn cualquier sistema de crecimiento personal y de desarrollo humano, hemos de considerar con especial atención el modo en el que nuestro cuerpo participa de dicho proceso, porque no es posible avanzar armónicamente si la mente y el cuerpo se encuentran desconectados.

Experimentamos nuestros pensamientos y emociones a través del cuerpo. Se puede decir que, gracias a nuestra corporalidad, no sólo hacemos cosas, sino que, además, pensamos y sentimos el mundo, porque cualquier acción que realicemos en el mundo es ejecutada a través del cuerpo.

Podemos afirmar, pues, que nuestro cuerpo forma parte del “Campo de Experiencia”, es decir,  del modo peculiar en el que cada uno de nosotros experimenta la vida.

Por tanto, para poder disfrutar de una vida armónica, gratificante y gozosa, necesitaremos un cierto tipo de condiciones corporales.

En el modelo sofrodynámico disponemos del Entrenamiento Gyalpo para tratar de lograr dichas condiciones.

Este entrenamiento ha surgido y está diseñado con la intención de que sea beneficioso para cualquier persona y, especialmente, para quienes más lo necesitan, aquellos seres estresados y llenos de obligaciones laborales y personales que forman parte de nuestro medio cotidiano.

De qué herramientas disponemos, pues, para aprender a vivenciar nuestra corporalidad como un “Campo de Experiencia”. Pues las más importantes son las siguientes:

1.- Presencia: Es hacer posible que la conciencia habite plenamente el cuerpo y que el cuerpo se haga presente a la consciencia.

2.- Postura Justa: Decimos que la Postura es Justa cuando establecemos nuestra verticalidad atendiendo a los ejes apropiados y evitamos cualquier exceso de tensión innecesaria, eliminando bloqueos energéticos y  emocionales.

3.- El cuerpo como Mandala: Podemos experimentarlo cuando tomamos conciencia de  que nuestro cuerpo es una representación simbólica del universo y, a través de dicha toma de consciencia, atendemos a la corporalidad para establecer la conexión entre el microcosmos y el macrocosmos.

4.- Consciencia de la respiración: Es uno de los elementos esenciales ya que a través de ella, armonizamos el cuerpo y serenamos la mente.

5.- Identificar las emociones en nuestro cuerpo: Poco a poco, en la medida que el alumno avanza en su entrenamiento, por medio de la observación atenta, la agitación dará paso a la calma y podrá comenzar a percibir la verdadera relación entre las emociones y corporalidad, tomando como base un cuerpo en distensión.

5.- Consciencia de la energía: Gracias a diferentes ejercicios es posible percibir los distintos centros energéticos, los canales y las manifestaciones del flujo de la energía que por ellos discurre.

Entrenar y experimentar todo lo anterior, nos permite transformar un cuerpo pasivo, doliente o mudo en un cuerpo vivo, sentido y experimentado con alegría, y que además participa activamente en el fascinante camino del desarrollo de nuestro potencial.

Cinco posturas ante el sufrimiento

Cinco posturas ante el sufrimiento

seres humanos y sufrimientoTratar de clasificar a las personas en función de sus características físicas, psicológicas o reaccionales, se ha venido utilizando a lo largo del tiempo por diversos autores con la intención de comprender, o explicar mejor, algunos aspectos de los seres humanos y también para buscar posibles soluciones eficaces, en función de las características de cada tipo.

Como la mayoría de las cosas, esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, ya que todo intento de clasificación respecto a una realidad tan compleja como el ser humano, resulta bastante complicado de llevar a cabo de una forma  que resulte completa, precisa y clara.

A pesar de las limitaciones que puedan aparecer en todo intento clasificatorio, existe una que suelo utilizar en algunos grupos de Sofrodynamia®, porque me resulta especialmente útil, sobre todo en lo que se refiere a la toma de consciencia de nuestra situación actual.

El planteamiento es el siguiente, vamos a tratar de establecer diferentes grupos de personas en función de su actitud ante el sufrimiento y las posibles soluciones relacionadas con el proceso de desarrollo.

Desde este punto de vista, diferenciamos varios tipos distintos y, en función de en qué grupo te encuadras, tu manera de estar en el mundo será también distinta.

 

LOS CINCO TIPOS DE SERES EN FUNCIÓN DEL SUFRIMIENTO:

  1. Las personas que pueden seguir sufriendo porque todavía son capaces de aguantar más, es decir, en el momento actual no están suficientemente hartos de sufrir. Obviamente, no hacen nada para salir de donde se encuentran. Su estrategia común suele ser la excusa.
  2. Las personas que no quieren sufrir más pero que no están dispuestas a cambiar. Ellos pretenden que cambien los demás. Son prolíficos en las quejas y reproches, y su planteamiento es que ellos sufren porque otros le hacen sufrir, por tanto, son los otros los que han de cambiar.
  3. Las personas que quieren cambiar pero no quieren asumir el coste del proceso, ni tampoco realizar el esfuerzo que ello conlleva. Se encuentran atrapados por las inercias o los automatismos. En ocasiones carecen del valor necesario para afrontar nuevos retos. Suelen ser partidarios del “más vale lo malo conocido…”
  4. Los que pueden asumir el coste pero ahora no tienen tiempo para hacerlo. Están muy liados con sus cosas, ya comenzarán otro día. Estas personas buscan sólo un alivio inmediato para seguir funcionando en el torbellino de sus actividades diarias, pensando, ilusamente, que un día lejano tendrán tiempo para mejorar.
  5. Los que no quieren sufrir más y además quieren cambiar, también son capaces de asumir el coste de dicho proceso y comprenden que han de comenzar ya. Estos son los auténticos buscadores, aquellos que han renunciado radicalmente a sufrir. Aquellos que se ponen en marcha para transformar su vida y que, además, son capaces de mejorar el ambiente que les rodea. Son ellos los que, más temprano que tarde, obtendrán el fruto a su esfuerzo.

¿En qué grupo te encuadras? Piénsalo bien antes de responder.

Ventajas del licopeno para la salud

Ventajas del licopeno para la salud

El licopeno es un carotenoide presente en el suero humano y en la piel, así como en otros órganos tales como el hígado, pulmones, suprarrenales y colon. Las fuentes naturales que contienen licopeno en mayor cantidad son las frutas y vegetales rojas, sobre todo el tomate, al que confiere su coloración roja, y productos derivados del tomate, y también podemos encontrarlo en el pomelo rojo, el pimiento rojo y la sandía. Sigue leyendo

Desarrollar el potencial, un camino a la curación

Desarrollar el potencial, un camino a la curación

descubrir nuestro potencial como parte de la curaciónMe encanta volver a escuchar de vez en cuando un texto de Facundo Cabral que se titula ”Usted no está deprimido, está distraído”. El autor expone una visión especialmente positiva de lo que somos los seres humanos y de toda la belleza que nos rodea, y de como la depresión es un estado que aparece porque nos distraemos de toda esa verdadera realidad y nos enfocamos en otros asuntos. Suelo aconsejar a muchas personas que lo escuchen. El video es posible hallarlo en internet.

Y me gusta recordar dicho texto para que no se me olvide lo que en él se dice, sobre todo cuando me encuentro inmerso en la vorágine de cada día, en esos momentos en los que corremos el riesgo de desconectarnos de nuestro interior y en los que perdemos de vista algo especialmente importante, saber quienes somos realmente. Sigue leyendo

Cinco somníferos existenciales

Cinco somníferos existenciales

cinco somníferos existencialesCuentan que, hace ya muchos años, un monje japonés vino a occidente de visita.

Al volver a su monasterio, sus compañeros preguntaron intrigados -¿cómo son los occidentales?-  a lo que él respondió, -gente extraña-.

-De noche toman pastillas para dormir porque tienen insomnio, mientras que durante el día viven dormidos- aclaró finalmente.

Y es cierto que por la noche, muchas personas tienen dificultad para dormir y toman medicamentos para tratar este problema.

Muchos creemos que el uso de somníferos de forma tan generalizada en nuestra sociedad, es un signo inequívoco de que hay algo que no va bien.

Pero, como decía sabiamente el monje, ¿será cierto que de día vivimos dormidos?

Tenemos bastante bien identificados los somníferos que tomamos para dormirnos por la noche. Unas veces son psicofármacos, otras veces melatonina, productos naturales, medicamentos homeopáticos, etc.

Pero ¿cuáles son los somníferos que nos mantiene dormidos durante muestra “aparentemente” vida de vigilia?

Posiblemente sean mucho más potentes que los medicamentos que se venden en la farmacia, y sobre todo mucho más sutiles en su modo de acción, ya que lo normal es que ni siquiera nos demos cuenta de que nos encontramos bajo sus efectos.

Podríamos decir que estos somníferos son todas aquellas cosas que nos hacen permanecer en un estado de confusión e ignorancia durante nuestra vida cotidiana, haciéndonos pensar que estamos despiertos, cuando en realidad no es así.

A estos los llamo los “Somníferos existenciales”. No son medicamentos, y, según mi entender, los más importante son los siguientes:

 

1.-  LAS CREENCIAS LIMITANTES: Todas aquellas creencias que nos mantienen atrapados en un modelo limitante del mundo. Bajo su efecto narcótico, tenemos la tendencia a creer en las apariencias más que en las esencias que se ocultan tras el velo de la ignorancia.

Son, por tanto, todas aquellas estructuras psicológicas que, en lugar de potenciar nuestro desarrollo, generan  una  dosis extra de sufrimiento inútil.

2.-  LAS RELACIONES INMADURAS: Aquellas relaciones que establecemos con otros seres y que nos impiden desarrollar todo nuestro potencial. Con mucha frecuencia son relaciones de dependencia.

También nos sumergen en el estado de somnolencia cuando orientamos nuestra vida en función de las necesidades de otros, dando respuesta a los proyectos de otras personas y no a los nuestros.

3.- LOS MIEDOS: Los diferentes tipos de miedos e inseguridades, tanto cuando son conocidos como cuando no lo son.

Tal vez, el peor de todos sea el miedo a la muerte, del cual se derivan toda una gran cantidad de conductas patológicas y de emociones perturbadoras.

4.- LAS INERCIAS: Es aquella especie de fuerza de la costumbre que nos mantienen ligados a la repetición de conductas adormecedoras, simplemente porque sí.

Esta es una energía que tiende a autoperpetuarse, y de las que nos cuesta mucho trabajo liberarnos.

5.- LOS AUTOMATISMOS: Los automatismos nos impiden elegir y nos introducen en un modelo de acción-reacción, de tal manera que vamos respondiendo a los estímulos sin intervención de la consciencia discriminativa. Eso hace que se anule la posibilidad de responder de un modo libre y diferente.

 

Las Sales de Schüssler

Las Sales de Schüssler

sales de schusslerA finales del siglo XIX, el Dr. Doctor Wilhelm Heinrich Schüssler, médico homeópata alemán,  realizó una serie de estudios y trabajos experimentales acerca de la importancia de ciertas substancias en el organismo a las que denominó Sales Bioquímicas.

Según pudo constatar el Dr. Schüssler, dichas sales, administradas a pequeñas dosis, ayudaban a mantener el buen estado de salud así como a mantener en orden importantes funciones vitales. La falta de algunos de estos principios, las sales bioquímicas, generaría un estado de deficiencia y de enfermedad.

El Dr. Schüssler llegó a la conclusión de la necesidad de ingerir este tipo de sales para mantener el bienestar  y un estado saludable, ya que, además de ser útiles para suplir ciertas deficiencias orgánicas, también servían para tratar determinadas enfermedades, debido a que no sólo proporcionaba al organismo las sales que necesitaba sino que ayudaban a la correcta distribución de las mismas en los lugares apropiados.

Estas substancias estudiadas por el Dr. Schüssler, se conocen hoy día como “Sales de Schüssler”,  y se utilizan ampliamente en el mundo entero por ser unos medicamentos eficaces y seguros.

Normalmente se suelen administrar en forma de polvos o comprimidos a la 6 DH (Decimal Hannemaniana).

Existen 12 sales de Schüssler, que  son:

Calcarea Fluorica.

Calcarea Phosforica.

Calcarea Sulphurica.

­Ferrum phosforicum.

Kali Muriáticum.

Kali proshoricum.

Kali Sulphuricum.

Magnesia Phosforica.

Natrum Muriaticum.

Natrum Phosforicum.

Natrum Sulphuricum.

Silícea.

La mayoría de los laboratorios incluyen, además, la sal número trece, con la mezcla de las doce sales bioquímicas anteriores.

 

Medicina, ¿arte o ciencia?

Medicina, ¿arte o ciencia?

medicina arte o cienciaEn la medida que los conocimientos médicos se van desarrollando y la tecnología aplicada se sofistica cada vez más, la medicina va adquiriendo un mayor grado de desarrollo técnico-científico, que la mayor parte de las veces supera con mucho lo que éramos capaces de imaginar hace no demasiado tiempo.

Todo ello supone un gran beneficio para la humanidad en general, y más concretamente para los pacientes que pueden acceder a este tipo de medicina, pero en muchas ocasiones aparece la sensación de que, al mismo tiempo que ganamos en tecnología y precisión, perdemos en calidez y en otros aspectos más humanos.

La medicina actual, en base a los conocimientos y experiencias científicas, ha desarrollado una serie de protocolos buscando una mayor efectividad en sus procedimientos y  en la toma de decisiones, de tal manera que podemos afirmar que la medicina científica actual se encuentra altamente protocolizada.

Se estructuran algoritmos médicos de intervención y decisión, de tal manera que todo el mundo sabe que detrás de que suceda A hay que hacer B y posteriormente C, independientemente de las individualidades de cada paciente y de sus circunstancias. Es lo que toca, “según el protocolo” se suele decir a los pacientes, – pero que me aportará- preguntan algunos – no mucho- responden los médicos a veces, -pero es lo que dice el protocolo que hay que hacer-.

El famoso aforismo “no hay enfermedades sino enfermos”, aunque se siga repitiendo en las facultades de medicina, hace mucho tiempo ya que quedó olvidado, ensombrecido por la cegadora fuerza de los protocolos establecidos.

Personalmente no tengo nada en contra de la existencia de los mencionados protocolos. Es más, me parecen bastante útiles. Pero sí que soy poco partidario de obrar con rigideces preconcebidas, y también soy poco partidario de que perdamos de vista algunas de las circunstancias que hacen que cada paciente y cada proceso sea único.

Tal vez por eso, el gran Hipócrates hablaba del “Arte” para referirse a la medicina. Los latinos acuñaron el término de  “Ars Médica”, también para referirse a ella. Pero hoy día, cuando mencionamos cualquier actividad médica, solemos hablar de ciencia.

Y decimos bien, porque la medicina ha de aspirar a ser una ciencia lo más precisa posible. Así, como toda disciplina científica, requerirá de una metodología apropiada que permita la verificación o rechazo de los diferentes supuestos y teorías mediante la realización de estudios serios y rigurosos. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero, entonces ¿dónde queda el arte médico?

¿Es la medicina sólo una ciencia? ¿Es también un arte, como decían los hipocráticos? ¿No será ambas cosas a la vez?

Si el médico, cegado por el resplandor de la ciencia, renuncia a ser un artista, habrá perdido parte de la esencia definitoria de la profesión.

Recordemos, ahora, que existe una curiosa palabra que nos puede ilustrar en este asunto, la palabra “artesano”. Me parece bastante apropiada para esta reflexión, porque un médico ha de parecerse a un artesano, es decir, practicar el “arte de la salud” o dicho de otro modo llevar a cabo el “arte-sano”.

Al mismo tiempo, ha de parecerse también a un artesano por aquello de no tratar a sus pacientes en serie, a todos por igual como si fuese el modo “industrial”. Así, de la misma forma que cada vasija en manos del alfarero ha de ser única, o cada cuadro en las manos del pintor ha de ser una obra original, del mismo modo, cada paciente, he de ser contemplado a la luz de su propia individualidad y de la específica peculiaridad que le sea propia.

Este enfoque nos llevará a trascender la tendencia a aplicar cualquier protocolo de forma rígida y cerrada, beneficiándose no sólo el paciente sino también el mismo profesional.

Llegado a este punto, me viene a la memoria la frase que en el momento de separarnos me dirigió la persona a quien considero mi “maestro” en homeopatía, el Dr. Francisco Criollo. Después de cuatro años de estudio y trabajo intensivo bajo su dirección, se despidió diciendo,    -usted ya tiene el conocimiento suficiente, la ciencia. Ahora, cuando trate a cada paciente, olvídese de ella y haga florecer su arte”.

¡Ojalá que la ciencia médica no pierda nuca el enfoque del ser  el “arte de la curación”!

Tres consejos para desarrollar el potencial

Tres consejos para desarrollar el potencial

res consejos para desarrollar el potencialSeguro que muchas personas, cuando hayan leído el título habrán pensado: “¿sólo tres consejos? ¡Vaya!, los decálogos están de moda. Sería mucho mejor que nos dieran diez consejos, o tal vez doce… ¡por qué no!”

Pues la verdad es que podían ser muchos más, porque el tema de desarrollar nuestro potencial es tan amplio que, puestos a dar consejos, el número tres nos parecerá escaso.

En mi defensa diré que los tres que voy a dar son tan sumamente importantes que, si los sigues,  los demás vendrán por añadidura.

Ahí va el primero.

 

1.- Descubre tu pasión y síguela.

Pocas cosas hay tan importante como guardar fidelidad a nuestro propio camino. Y somos fieles cuando seguimos aquello que amamos, aquello que nos hace únicos y diferentes, aquello donde podemos brillar y aportar al mundo nuestro granito de arena.

Y hacemos eso cuando descubrimos y seguimos nuestra pasión.

¿Que qué es una pasión? Pues si eres capaz de darte cuenta de cuales son tus cualidades, tus talentos y, además, descubre que cuando conectas con alguno de ellos disfrutas de manera especial, podría decirse que te estás aproximando mucho a tu pasión.

Nuestra pasión, por tanto, se parece a una suma de cualidad + disfrute.

Preguntarse que cómo sabrás que es tu pasión, tiene una respuesta tan obvia como si te preguntases “¿cómo sabré que no tengo hambre? o ¿de que modo sabré que estoy contento?

¡Lo sabes y punto!

 

2.- Fomenta aquellas cosas que sean inspiradoras.

Busca aquello que te inspira en la vida, aquello que te hace ser mejor y que te conecta con los aspectos más elevados de tu existencia.

Y, sobre todo, no olvides que tenemos el compromiso de tratar de servir de inspiración a otras personas.

Por tanto, cultivar todo aquello que nos inspira al tiempo que tratamos de ser inspirador para otros será una tarea especialmente importante que no deberíamos obviar.

 

3.- Cultiva la creatividad.

Seguro que ya hay muchas cosas que estás haciendo bien. Pero, ¿podrías hacerlas mejor?, o también ¿podría hacerlas igual de bien siguiendo otro camino?

Explorar nuevas rutas es la tarea del buscador. Transitar por nuestro propio camino suele ser más comprometido, creativo y arriesgado que hacerlo por donde todo el mundo.

Qué puedes equivocarte, ¡pues posiblemente!

Pero, recuerda que el camino de la creatividad está esperando a quien osa traspasar los límites habituales y confortables de lo ya conocido.

Nunca el temeroso llegó a ser creativo.

Y, tal vez, el mayor acto creativo sea redescubrirte a ti mismo en todo tu esplendor, para llegar a lucir tan brillante como puedas.

Ser creativo es atreverse a cantar tu propia canción.

 

Espero que después de leer estos tres puntos no te siga pareciendo que habría que haber puesto muchos más, porque en este trío se encierran parte de los grandes retos a los que deberíamos dar respuestas en nuestra vida.